El sur de la Península de Nicoya se compone de 3 distritos: Lepanto, Paquera y Cóbano que pertenecen a la provincia de Puntarenas. La mayoría de nuestras acciones se concentran en el distrito de Cóbano que tiene una extensión de 316.61 km2 con una población total de 7.494 habitantes. Cóbano está rodeado por el Océano Pacífico al sur, este y oeste; al norte, el Río Bongo y Juan de León lo dividen de los distritos de Lepanto y Paquera. En las montañas tierra adentro de esta zona se encuentran las cabeceras de los ríos más importantes de esta parte de la Península de Nicoya.
El área de intervención de Nicoya Peninsula Waterkeeper® se extiende desde la Reserva Absoluta de Cabo Blanco cubriendo todas las quebradas costeras hasta el Refugio Mixto de Vida Silvestre Caletas-Ario.
Historia
Tradicionalmente esta área se ha caracterizado por tener un estilo de vida agrario y relativamente aislado del resto de la Península. Los ríos Bongo y Ario eran los principales medios de transporte para la población y para bienes. Circulaban pequeños botes llamados “bongos” y pequeños ferrys desde la costa hasta el puerto de Puntarenas. El lado Pacífico de la Península de Nicoya fue colonizado en los 1940s por agricultura de tala y quema de subsistencia (frijoles y maíz) y extracción de madera que generaron una fuerte deforestación. Debido a los recursos limitados, el acceso limitado al área y “hombres intermedios” controlando el mercado de bienes, muchos agricultores comenzaron a perder sus tierras por deudas acumuladas. Hacia finales de los 1960s, se produjo una emigración de pequeños agricultores de subsistencia hacia tierras cultivables en el golfo con un mejor acceso a Puntarenas. Gradualmente, estos hombres intermedios fueron obteniendo más fincas y cambiaron el uso de la tierra hacia la ganadería beneficiándose de los incentivos y créditos del sistema bancario nacional. Esto permitió la continuación del proceso fuerte de deforestación tierra adentro en laderas empinadas proveyendo oportunidades limitadas de empleos para la población local que se vieron forzados a emigrar hacia otras zonas o a dedicarse a otras actividades como la pesca artesanal o mano de obra jornalera.
A mediados de los 1970s una política agraria nacional expropió una grande finca ganadera y la redistribuyó a familias de bajos ingresos lo cual llevó a la repoblación del área costera desde Manzanillo hasta Mal País. Lamentablemente, esta área tenía (y tiene) abastecimiento de agua limitado y tierras pobres para agricultura lo cual produjo un nuevo cambio de dirección en la región.
Hacia finales de los 1990s, una nueva ola de migración llegó al área motivada esta vez por el sector turístico. Los terratenientes impresionados por el monto ofrecido por los extranjeros por la tierra comenzaron a vender sus fincas en su mayoría a extranjeros que desarrollaron negocios relacionados con el turismo.
Esta migración ha tenido un impacto significativo en los pueblos de Manzanillo, Hermosa, Santa Teresa, Carmen y Mal País para los cuales el sol, la playa, las olas y la naturaleza han sido imanes para turistas alrededor del mundo. El crecimiento del sector turístico no ha sido controlado, como tampoco lo ha sido el manejo y el uso del agua. Algunos restaurantes, hoteles y casas en estos pueblos turísticos descargan recurrentemente sus aguas negras y grises directo en las quebradas cerca del mar.